25 mar 2012

Las hermanas Tudor: Maria e Isabel

 De princesa a bastarda


Miniatura de Maria Tudor

Maria nació el 18 de febrero de 1516 en el palacio de Greenwich. Su madre, Catalina de Aragon, había tenido varios embarazos malogrados. Aunque el rey Enrique estaba decepcionado por la ausencia de un heredero varón, a Maria se le daba el trato que correspondía a su posición. Sin embargo, fue en 1533 cuando Enrique decidió romper relaciones con Roma y se casa en secreto con Ana Bolena. Con ello, Catalina es desterrada y pierde su título de reina. María Tudor fue declarada ilegítima, expulsada de la línea de sucesión y llamada lady María a partir de ese momento. 

Miniatura de Isabel Tudor

Su situación empeoro tras el nacimiento de su media hermana, Isabel, el 7 de septiembre de 1533; los sirvientes de María son despedidos y la ex princesa se ve obligada a atender a su hermanastra. Las relaciones entre María y su madrastra eran hostiles, por supuesto. María no estaría dispuesta a aceptar a la nueva reina y Ana temía que la hija de Catalina amenazará la posición de Isabel. Se ha tenido la creencia de que el desprecio que María sentía por su madrastra incluía a la hija de ésta, al manifestar que: "Fuera de mí no conozco a ninguna princesa de Inglaterra". Sin embargo, su oposición al título de Isabel era cosa aparte, ya que María llegó a decir que estaba dispuesta a amar a su media hermana tal como lo había hecho con Henry Fitzroy.

Escena de The Tudors, Ana Bolena y María Tudor

Cuando María recupero el favor real por mediación de Jane Seymour, la tercera esposa de Enrique, se encargo de que Isabel regresara a la corte. Jane Seymour no llegó a ser la gentil madrastra que fue Catalina Parr, al menos no del todo con Isabel. 

Escena de "The Tudors" Jane Seymour y María Tudor

Después de la caída y muerte de Ana Bolena, María se mostró más cordial con Isabel. Después de todo, ahora ambas eran hijas ilegítimas y habían perdido a sus madres.


Diferencias entre Isabel y Maria
Isabel, al igual que su madre, fue fervientemente protestante, mientras que María y su madre eran papistas. Después de la muerte de Enrique VIII, la relación entre María e Isabel se enfrió. Catalina Parr, la viuda del rey, se casó con Thomas Seymour a los pocos meses de la muerte de Enrique VIII. María Tudor fue una de tantas personas que desaprobaron la apresurada boda entre la reina viuda y Thomas Seymour, el hermano del lord Protector. Por otro lado, los rumores sobre el asunto entre Seymour y lady Isabel debieron llegar a oídos de lady María, acrecentando el disgusto de ésta.


Durante el reinado de Eduardo, la relación entre María e Isabel se mantuvo distante. Sin embargo, no era del todo mala, ya que Isabel apoyó a su hermana mayor luego del ascenso al trono de Jane Grey. Una vez que María se convirtió en reina, fue evidente que ahora tenían menos en común. La reina simbolizaba el amor por la vieja religión, en cambio Isabel representaba a los reformistas protestantes. A pesar de tales diferencias, Isabel acompañó a su hermana a la capital para presenciar la coronación, junto a Ana de Cleves. 
Luego de que la reina se casó con Felipe de España, su popularidad menguó. Para María era difícil confiar en Isabel, quien ya no era la indefensa niña a quien había protegido durante el reinado de Enrique VIII. Ahora Isabel era una joven en la veintena, de apariencia agradable y aparentemente fértil, en contraste con María, que tenía pocas posibilidades de concebir. Más de uno en Inglaterra anhelaba ver a Isabel en el trono. 

Maria e Isabel entrando a Londres
El 18 de marzo 1554 Isabel fue arrestada y enviada a la Torre por el cargo de complicidad en la rebelión de Wyatt. Fue encarcelada durante dos meses. Wyatt fue interrogado, pero nunca admitió que Isabel participara en la rebelión. 

Después de todas las investigaciones, Isabel no fue llevada a juicio por traición a la patria ya que no se pudo encontrar evidencia. Algunos del Consejo de María todavía discutían para la ejecución de Isabel.  María dejó que regresara a su hogar, pero bajo arresto domiciliario. La muerte de Maria Tudor se produjo el 17 de noviembre de 1558. Realizo varios intentos para que su media hermana no la sucediera en el trono, pero el Parlamento no se lo permitió. Fue enterrada en la Abadía de Westminster, que más tarde compartiría con Isabel.