14 jul 2015

Christine de Pizan, la primera escritora profesional de la historia



Hubo una mujer en el siglo XIV que se convirtió en la primera escritora profesional, pues pudo ganarse la vida escribiendo. Y no solo fue eso, sino que también abogaba por la posición de la mujer con respecto al hombre. 



Primeros años
Nació en 1364, en Venecia, Italia. A diferencia de otras mujeres que recibieron censuras por su apoyo a la igualdad de género, Christine obtuvo dos apoyos valiosos: su padre y su marido. La verdad es que, Christine fue una mujer afortunada. No todas las chicas deseosas por aprender eran estimuladas por sus padres o sus maridos.  


Su padre, Tomás de Pisan, era médico y astrólogo que había llegado a la corte francesa de Carlos V como asesor del monarca. Su padre se dio cuenta de la inteligencia de su hija, alentándola a potenciar sus dotes intelectuales mediante una educación que estaba reservada a los hombres. Se le dio la instrucción en latín, francés, italiano, filosofía, literatura y ciencias conocidas por el mundo medieval. Contaba con una vasta biblioteca en la corte francesa. Aprendió de forma autodidacta, empapándose en el estudio de las lenguas, leyendo con avidez a los clásicos que empezaban a ser redescubiertos en un incipiente humanismo que acabaría por impregnar a toda Europa.


Matrimonio y viudez
Cuando Christine tenía quince años se casó con un  secretario del rey francés, Etienne de Castel, quien, al igual que el padre de Christine, alentó a su joven esposa a continuar escribiendo. Christine poseía una vida equilibrada en el mundo que le tocó vivir: casada, con tres hijos (un hijo, Jean, una hija y un hijo muerto en la infancia) y apego a sus estudios. Pero esto terminó cuando su padre y su marido murieron. Tras una década de feliz matrimonio, Etienne murió en 1390, en una misión real en Beauvais. A los 25 años, Christine se había quedado viuda. Ya no contaba con el apoyo de su padre ni el de su marido. Ni siquiera podía esperar favor real, pues Carlos V había muerto y el nuevo rey no la favorecía de igual forma. 


En ese entonces, las mujeres viudas tenían dos opciones: un nuevo matrimonio o el claustro. Pero ella no aceptó ni una ni la otra. Tras infructuosos intentos por recuperar los bienes que se le debían a su marido, Christine se convierte en la primera escritora profesional de Europa. Christine decidió mantener a su familia escribiendo. Bajo su cuidado vivían su madre, sus dos hijos y una sobrina. Sus baladas y poemas de amor captaron la atención de los mecenas en la corte. Muchos de ellos eran dedicados a la nobleza o la realeza. Unos ejemplos fueron Isabel de Baviera, Felipe II de Borgoña y el duque de Berry. Entre 1393 y 1412, Christine llegó a escribir más de 300 baladas y muchos poemas breves.


Christine con Isabel de Baviera

Algunos de sus trabajos son:
  • L´Epistre au Dieu d´Amours (1399)
  • Cent Ballades (1399)
  • Le Debat Deux Amants (1400)
  • Le LIVRE des Trois Jugemens (1400)
  • Le Livre du Dit de Poissy (1400)
  • Enseignemens Moraux (1400)
  • Proverbes Moraux (1400)
  • Epitre d'Othea (1400)
  • Epistres du Debat su le Roman de la Rose (1401-1403)
  • Cent Ballades d´Amant et de Dame (1402)
  • Le Dit de la Rose (1402)
  • Oraison Nostre Dame (1402)
  • Livre du Chemin de Long Estude (1403)
  • Le Livre de la Mutation de Fortune (1403)
  • Dit de la Pastoure (1403)
  • Le Livre du Duc des Vrais Amants (1404)
  • Ilustración del Le Livre de la Cite des Dames (1405).
  • Livre des Fais et Bonnes Meurs du Sage Roy Charles V (1404)
  • Le Livre de la Cite des Dames (1405)
  • Le Livre des trois vertus à l'enseignement des dames (1405)
  • L´Avision Christine (1405)
  • Epistre à la reine Isabeau (1405)
  • Le Livre de la Prod´hommie (1405-1406)
  • Livre du Corps de Policie (1407)
  • Sept Psaumes Allegorises (1410)
  • Le Livre des Fais d´Armes et de Chevalerie (1410)
  • La Lamentation sur les Maux de la France (1411-1412)
  • Livre de la Paix (1413)
  • L´Epitre de la Prison de Vie Humaine (1418)
  • Heures de Contemplation sur la Passion de Nostre Seigneur (1420)
  • Le Ditie de Jehanne d´Arc (1429)
"La Ciudad de las Damas" 
Una de las primeras feministas
Convertida en una escritora de renombre, se atrevió a escribir "La Ciudad de las Damas", donde criticaba la misoginia imperante en el mundo medieval, defendiendo la posición de la mujer. En sus obras tocó temas como la filosofía, la política, la historia y la moral. 
Han pasado más de cinco siglos desde que Christine de Pisan reclamó en sus escritos respeto a la mujer. Fue una mujer que hizo la diferencia entre sus contemporáneas, demostrando independencia tras la muerte de su marido. Entre 1401 y 1402, Christine participó en un debate literario, la denominada "Querelle du Roman de la Rose" (Romance de la Rosa), sobre el poema homónimo de Jean de Meun que satirizaba las convenciones del amor cortés y describía a las mujeres como meras seductoras. En 1405 culmina la Ciudad de las Damas y El Libro de las Tres Virtudes. Mientras que el primer libro se afana en mostrar las grandes aportaciones de la mujer a la sociedad a lo largo de los siglos, el segundo busca enseñar a las mujeres de toda condición cómo cultivar cualidades y virtudes necesarias para contrarrestar la palpable misoginia de los hombres de la época. 

Su país estaba sumido en la Guerra de los Cien Años. En 1429, dedicó un poema a Juana de Arco, la joven campesina que dirigió la resistencia militar francesa contra la dominación inglesa a comienzos del siglo XV. Celebra la aparición de una mujer que es líder militar. Tras terminar esta obra, Christine decidió retirarse. Tenía 65 años.  Murió en 1430. 


" Si fuera costumbre mandar a las niñas a la escuelas e hiciéranles luego aprender las ciencias, cual se hace con los niños, ellas aprenderían a la perfección y entenderían las sutilezas de todas las artes y ciencias por igual que ellos... pues... aunque en tanto que mujeres tienen un cuerpo más delicado que los hombres, más débil y menos hábil para hacer algunas cosas, tanto más agudo y libre tienen el entendimiento cuando lo aplican.
Ha llegado el momento de que las severas leyes de los hombres dejen de impedirles a las mujeres el estudio de las ciencias y otras disciplinas. Me parece que aquellas de nosotras que puedan valerse de esta libertad, codiciada durante tanto tiempo, deben estudiar para demostrarles a los hombres lo equivocados que estaban al privarnos de este honor y beneficio. Y si alguna mujer aprende tanto como para escribir sus pensamientos, que lo haga y que no desprecie el honor sino más bien que lo exhiba, en vez de exhibir ropas finas, collares o anillos. Estas joyas son nuestras porque las usamos, pero el honor de la educación es completamente nuestro. "

Fragmento de La ciudad de las damas. 


Bibliografía 
Christine de Pizan, La Ciudad de las Damas, traducción, notas e introducción de Marie-José Lemarchand, Madrid, Siruela, 2000.

Green, Karen, and Constant J. Mews, eds. Healing the Body Politic: The Political Thought of Christine de Pizan, Turnhout, Belgium: Brepols, 2005.


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